A quién le
corresponda.
Aun no puedo decidir si érase una vez, porque
realmente no recuerdo si en algún momento la hubo. Lo único que llega a mi
mente en este momento es el tenue recuerdo de un pasado no tan remoto al cual
me aferro constantemente, sin saber si en algún momento de nuestras vidas tuvo
lugar. Aun me pregunto si usted fue un señuelo o un sueño, porque hubo tantas
ironías en un mismo cuento que aun no entiendo cómo llegamos al desenlace. La
densidad de la soledad me ha dejado bloqueado, totalmente perdido en el
recuerdo vivo de sus labios que nunca llegaron a establecer contacto con los
míos, y que ahora están en su mayor punto de lucidez. ¿Por qué? Debería
preguntar, pero tanta incoherencia le da respuesta a esa y más preguntas
genéricas. Tantos adjetivos que surgieron en nuestro trayecto, hoy se
desvanecen por falta de verbos.
Si usted está leyendo esto, tenga en cuenta que con
estas palabras no pretendo aparentar la falta de aliento que me queda al verla
volar a otras dimensiones, a otras playas, persiguiendo otro amor. Solo pido
que si en algún momento llega a pensar en mí, deje a un lado el rencor y
no olvide que en medio de tormentas y tantos insomnios causados por su recuerdo,
me resigné al hecho de quererla en silencio, porque solo usted y yo sabemos
estar juntos a distancia.
π